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Luna, mono araña Centro Urku

El tráfico de animales silvestres es un negocio ilegal que se sustenta en la depredación de nuestra fauna y que, lamentablemente, pasa desapercibido por la mayoría de personas. A diferencia de otros hechos ilegales, éste se «acepta» por un tema cultural pues se piensa que tener un monito, una tortuga, un loro u otro animal silvestre en casa está bien y no se toma conciencia que esto trae como consecuencia la muerte de miles de animales durante su captura y transporte.

En esta entrevista, Luis Ipanaqué Mechato, 2do vice presidente de la Asociación Peruana de Protección a los Animales (ASPPA), explica los pormenores y las consecuencias de esta actividad.

¿Cómo funciona este negocio?

Los traficantes buscan a las crías, lo que significa matar a la madre y quienes la rodean, en su mayoría otras hembras. De esta manera se corta todo el ciclo reproductivo de la especie, se alteran los eco-sistemas -los animales, por ejemplo, son los grandes polinizadores de la selva-, y se alienta el negocio de los traficantes perdurándolo.

¿Por qué hay tanto interés por esta actividad?

Se dice que es el tercer negocio ilegal más lucrativo en el mundo, pero en países amazónicos como Perú bordea el segundo lugar por la facilidad con que se puede realizar y las poquísimas sanciones que se aplican. Hasta ahora nunca ha habido prisión efectiva para un traficante de fauna. Esto ha provocado llevar al borde de la extinción a muchas especies nativas peruanas como la Rana del Titicaca, el Mono Choro cola amarilla, el Cóndor andino, el Gallito de las Rocas, Mono Tocón, Loro cabeza roja, entre otras.

¿Qué sucede con los animales que sobreviven?

Un animal recuperado del tráfico no siempre se puede regresar a su hábitat, por lo que se le condena a vivir encerrado de por vida. Un animal en cautiverio vive menos tiempo o, en el mejor de los casos, en semi libertad, quitándole cruelmente la oportunidad de desarrollarse en su hábitat y con sus congéneres.

perezoso Tarapoto centro urku

También se debe considerar que son los transmisores de enfermedades y agentes patógenos que afectan a la especie humana (zoonosis) y sin embargo se les manipula libremente en las ciudades sin ningún control incluyendo niños (por ejemplo los padres les compran tortugas taricayas por ser pequeñas sin saber que son portadoras de salmonella).

¿Con los años, ha mejorado o ha empeorado esta situación?

Ha empeorado debido a que las poblaciones invaden cada vez más el habitat natural de los animales, ya sea por la tala ilegal, la minería ilegal o la agricultura y la ganadería invasiva que se practica. Se construyen carreteras informales (trochas) que sirven para sacar madera ilegal y de paso les sirve a los traficantes. Incluso se sabe invaden reservas protegidas.

 Fuente: Diario «El comercio» Por Andrea Carrión / WUF

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